El viaje de las Ideas

6/22/20242 min read

Esta charla consistió en un viaje que nos llevó por regiones, ciudades, academias, escuelas y bibliotecas que generaron, mantuvieron, completaron y tradujeron el saber del mundo antiguo y medieval en distintas lenguas y soportes (papiros, pergaminos, papel...). Fueron con el tiempo Sicilia y Toledo los principales centros de transmisión de todo ese caudal de conocimiento hacia el latín, lengua vehicular del saber en la Europa tardomedieval de las primeras universidades cristianas. Ese caudal allanó el camino de la llamada en suelo europeo revolución científica, que si bien tuvo carácter rupturista, generando nuevos paradigmas en cuanto a método y contenidos, se sustentó en la herencia acumulada de la que participaron muchas culturas anteriores.

El pensamiento racional y la búsqueda de conexiones y ciclos en los fenómenos naturales, que permitieran ganar certeza respecto al medio, disminuir la incertidumbre, obtener ventajas para la supervivencia, es inherente a la especie humana desde sus orígenes. Seguro existe un pensamiento protocientífico en los humanos del paleolítico, pero las referencias escritas, nos llegan a partir de las antiguas culturas neolíticas fluviales de Sumeria, Egipto, el Indo o China. Las culturas de la cuenca mediterránea, el próximo oriente y el valle del Indo, quedaron estrechamente conectadas desde antiguo por distintos avatares históricos, recibiendo más tangencialmente las influencias del extremo oriente. Pensemos en las conquistas de Ciro el grande que comunicaron el Egeo con el Indo, las posteriores de Alejandro Magno que fusionaron lo griego, lo egipcio, lo persa o lo hindú, pensemos en las rutas comerciales al lejano oriente, en busca del sándalo hindú , la seda China o las especias, rutas perfectamente definidas en época romana, junto a otras rutas comerciales como las del estaño o del ámbar que difundieron igualmente al norte de Europa o las islas británicas las nuevas ideas y tecnologías. Vamos a centrarnos en la zona del mundo donde el cultivo del trigo y centeno se iniciaron y extendieron como base de la alimentación, en oposición a culturas más basadas en arroz y mijo como la China primitiva, o el maíz en el caso del nuevo mundo, en una banda geográfica que abarca longitudes desde España o Marruecos hasta la India, aproximadamente entre las latitudes 20º y 50º.

En esta banda, en el mundo antiguo, conceptos como saber europeo, africano o asiático, simplemente no tenían sentido para, por poner un ejemplo, un Pitágoras nacido en la entonces grecoparlante costa de la actual Turquía, que acabó en el sur de Italia tras peregrinar en busca del saber por territorios de los actuales Egipto o Irak… Podemos generar de todo esto una hipótesis de partida para entender el que llamo viaje de las ideas en esta zona del planeta ; gran parte del conocimiento del mundo antiguo, aquel de las civilizaciones fluviales del creciente fértil, del Indo, y de la cuenca mediterránea, se va a preservar, completar y transmitir a través de distintos centros del saber tardo antiguos y medievales, conectando así a través de cosmovisiones e ideas compartidas, a entidades culturales o civilizaciones eurasiáticas y norteafricanas con una clara herencia común.